No había visto ninguna película del polémico
Michael Haneke, y todavía me estoy pensando el visionado de
La Pianista que parece herir a espectadores sensibles, y yo lo soy.
Caché me da pistas de las obsesiones del director y de momento me conformo.
Una familia acomodada de París, Georges (
Daniel Auteuil), su mujer (
Juliette Binoche) y su hijo, comienzan a recibir unos paquetes intrigantes que contienen vídeos, grabados desde la calle, de él junto con su familia y unos dibujos siniestros cuyo significado es un misterio. A medida que las grabaciones se van haciendo más personales, George se convence de que esa situación proviene de algunos sucesos ocurridos en su pasado. De esta manera, comienza la angustiosa visión de Haneke, haciéndo al espectador cómplice de esa extraña amenaza.
El director no realiza un thriller ágil, ya desde la primera imagen fija de largos minutos, en la que se sobreimpresionan los títulos de crédito, la intriga se va instalando en el espectador y no le abandona en todo el metraje.
Estamos ante una película de terror, pero no con
slashers, cabezas cortadas y sustos variopintos, sino a un perturbador miedo cotidiano, a "algo" que rompe nuestra apacible vida occidental. Una película que rompe todos los códigos del suspense y que consigue el beneplácito del público si éste se involucra en la historia, si no es así, aburrirá soberanamente.
Caché es un duro film que abarca muchos temas interesantes como la incomunicación, los celos, la desintegración de la familia, el racismo, la violencia,... todo envuelto en un mensaje bastante pretencioso y abierto.
Gustará a algunos y la odiarán otros. Yo me quedo en el medio.